El restaurante tiene una vista impresionante.

El trato del personal fue inaceptable. La actitud grosera y alterada del recepcionista hizo que nuestra llegada fuera incómoda. Además, la habitación tenía un olor muy desagradable que arruinó nuestra experiencia desde el principio.

Pasé tres noches disfrutando de la vista del Templo de Zeus desde mi habitación. El clima en agosto hizo que la piscina fuera un lugar perfecto para relajarse después de un día de turismo. Me encantó probar un plato tradicional en el restaurante del hotel. Regresaría sin dudarlo.

El desayuno fue un caos, con muchas personas esperando. El personal no siempre fue amable y la señalización del restaurante podría mejorar.

Disfruté de las impresionantes vistas al Partenón desde el comedor. El desayuno bufé superó mis expectativas con sabores frescos. Las instalaciones estaban bien mantenidas. Me encantó la cercanía a las atracciones turísticas. Definitivamente planeo regresar.

Cortando el ruido, esto es lo que importa

La vista desde la terraza es asombrosa y el desayuno bufé sorprende con su calidad. Sin embargo, la habitación requiere más enchufes y presenta un baño algo anticuado. El servicio del personal es amigable pero debería ser más proactivo para mejorar la experiencia global.

La vista de la terraza era impresionante.

agradable pero con áreas de mejora

Las vistas al Partenón desde la terraza son realmente espectaculares, lo que hace que cada desayuno sea un momento especial. La comida en el restaurante por la noche fue muy sabrosa, especialmente el cordero que probé. El hotel está ubicado en una zona conveniente, permitiéndome visitar la Acrópolis a pie sin esfuerzo.

La recepción tardó un poco en atenderme al llegar, lo que me dejó una primera impresión un tanto fría.

Aprovecha el desayuno en la terraza para disfrutar de las impresionantes vistas al Partenón mientras saboreas comidas frescas y locales. Es una experiencia única que no querrás perderte.

una vista que quita el aliento

Desperté con la vista mágica del Partenón desde mi ventana. El desayuno en la terraza era espectacular, lleno de sabores frescos y ambiente acogedor. El personal siempre sonrió, haciendo que nuestra estancia se sintiera especial.

Sin embargo, la espera en la recepción fue larga y la actitud de un miembro del personal fue un poco fría. La habitación necesitaba más enchufes y el baño tenía un aire anticuado que no encajaba con las expectativas del lugar.

Estuvimos con amigos y disfrutamos mucho la ubicación, a solo unos pasos de lugares como la Acrópolis y el Jardín Nacional. Las vistas desde la séptima planta son increíbles y la comida es de primera. La atención fue buena y el recepcionista hablaba un excelente español, lo que hizo nuestra experiencia aún mejor. Recomiendo visitar la terraza.

Sin embargo, la habitación necesitaba más modernización. El baño era un poco antiguo y no tenía el nivel de aseo que esperaba de un hotel de 5 estrellas. Un poco decepcionante en ese aspecto.

Una experiencia memorable con vistas impresionantes

La ubicación es perfecta, justo al lado de la Acrópolis. Disfruté descansando en la terraza del restaurante con maravillosas vistas y un ambiente acogedor. La atención en la piscina fue amable, lo que hizo nuestra estancia aún más placentera. Recomiendo explorar la carta del restaurante.

Las vistas desde la azotea son impresionantes y el desayuno bufé fue una delicia. Definitivamente me quedaría aquí de nuevo si regreso a Atenas.

La terraza del restaurante ofrece vistas impresionantes de la Acrópolis, perfecto para una cena. Sin embargo, las habitaciones se sienten anticuadas y carecen de suficientes enchufes.

La habitación estaba muy cómoda, pero sentí que faltaba algo de luz natural. era un poco oscura. El baño era amplio y bien equipado, aunque me pareció un poco antiguo en comparación con lo que esperaba. La cama era muy confortable, así que al menos pude descansar bien. No había ninguna vista desde la habitación en la que estuve, lo cual fue decepcionante.

cerca de las mejores atracciones y parques de atenas

Disfruté de la proximidad al Museo de la Acrópolis, a menos de 15 minutos a pie, y también me encantó relajarme en el Jardín Nacional, donde pude disfrutar de un rato tranquilo entre la naturaleza después de un día explorando la ciudad.